Trastornos del sueño
Las alteraciones del sueño y el descanso, que pueden oscilar desde el insomnio severo hasta las dificultades para quedarse dormido o el despertarse repetidas veces durante la noche, son un problema demasiado común en nuestra sociedad, y dado que dormir, comer y respirar son aspectos imprescindibles para la vida humana, igual de habitual se han convertido los lucrativos remedios empleados para paliar tales alteraciones. La magia de los mencionados remedios dista mucho de ser gratuita, y si bien es cierto que en las cajas se informa tanto del coste económico como del coste de salud que su consumo conlleva de forma mas que probable, pocas personas encuentran otra solución a su problema y no siempre es fácil informarse sobre el origen del desequilibrio, por un lado, ni de los efectos y cronificación del problema que el consumo de fármacos conllevará.
Desde la Medicina Oriental los trastornos del sueño, como cualquier otra desarmonía, formará parte de un desequilibrio mayor en el que interrelacionarán siempre mas de un Sistema orgánico, y que a su vez difícilmente resultará idéntico en dos personas diferentes.
Dicho lo cual, y siempre intentando adaptar la poética terminología oriental, mayor aún si nos remitimos a los textos clásicos, a nuestro lenguaje y cultura para, sin traicionar el espíritu de la Sabiduría antigua, incorporarlos a nuestro saber y entender; podemos entender que los grandes grupos de alteraciones a los que nos enfrentamos son los siguientes:
Por un lado, distinguiremos a aquellas Personas cuya dificultad radica en conciliar el sueño, tardan en acostarse y cuando lo hacen les cuesta mucho quedarse dormidos. En estos casos, buena parte de la casuística se corresponderá con lo que denominamos en occidente un trastorno por ansiedad, evidentemente con un amplio espectro de grado e intensidad. Como tal lo consideraremos también nosotros, pero no lo trataremos de idéntica forma si se halla comprometida la Energía hepática, esplénica o renal, e incluso algunas o todas ellas. Procederemos, por tanto, a reducir y eliminar la sintomatología ansiosa pero sin descuidar el origen del desequilibrio, el restablecimiento del cual aportará a la Persona, no solo el recuperar la calidad de un sueño reparador sin afectar al resto de órganos, sino reconducir de forma duradera la causa que le imposibilitaba dormir.
En segundo gran grupo, sin otro ánimo que el de intentar clarificar la exposición, sería el de las Personas que no teniendo ninguna dificultad en quedarse dormidos, e incluso les cuesta aguantar despiertos hasta la hora de meterse en cama, se despiertan a las pocas horas de haberse acostado y sufren gran dificultad para volverse a quedar dormidos, repitiéndose tal circunstancia durante toda la noche. Desde la perspectiva Médica occidental este trastorno se explicará en muchas ocasiones como un desequilibrio del sistema endocrino y/o pancreático que no regulará correctamente los niveles de glucosa, afectando estos a la nutrición de las células cerebrales, entre otras. Este es el caso habitual de personas que cuando se despiertan visitan rápidamente la despensa y no tardan en volverse a quedar dormidos, pese a afectar a la continuidad del descanso y a su estómago. Así lo entiende, en parte, también la Medicina Oriental, una deficiencia de sangre lo llamaron los Maestros chinos. Pero lejos de simplificar nos enseñaron a distinguir la procedencia de esa deficiencia, ¿se hallará afectada la Energía del Bazo, o será la Energía de los pulmones el origen del desequilibrio?. Habremos de verificarlo y tratarlo en cada Persona y en cada momento.
