Disfunciones sexuales

Aún a riego de resultar reiterativos, en relación a otros artículos referidos a diversas patologías, debemos poner nuevamente de manifiesto la diferencia radical de la perspectiva médica oriental , es decir, cuando una persona manifiesta, por ejemplo, padecer una incapacidad o una dificultad importante de conseguir un estado de riego sanguíneo suficiente y la consecuente erección del pene en el momento de mantener relaciones sexuales, podríamos, por una parte, aconsejar al paciente determinados fármacos (como sucede como tratamiento de elección en nuestra cultura y práctica médica), e incluso determinadas plantas naturales que conseguirán similares efectos (ya  conocidas en la época del rey Católico, y que le costarían la vida finalmente) con el objetivo de aportar mayor riego a la zona en cuestión y conseguir de forma más o menos artificiosa la erección del miembro viril.

Tales acciones, sin entrar en este artículo en profundidad sobre efectos secundarios de la medicación, ni en la desconexión psico-emocional y física que convertirá la relación en un ejercicio puramente mecánico en muchos casos, aspiran, y en algunos casos consiguen paliar el síntoma de la disfunción, que no es otro que la incapacidad de erectar, mas en ningún caso persigue ni consigue restablecer el equilibrio que provoca la disfunción.

Para la Medicina Tradicional China tales desequilibrios se corresponden con diferentes patrones vinculados a la Energía de los Riñones principalmente, y en ocasiones afectan al canal de la vejiga. Por ello la experiencia de cientos de años y de la práctica clínica diaria nos demuestra que tonificando la Energía de los riñones, atendiendo a la deficiencia o al bloqueo según los casos, y reequilibrando el sistema nervioso solucionamos en la mayoría de los casos en pocas sesiones un porcentaje muy alto de este tipo de trastornos.