Tabaco

El hábito del fumar, como podemos referirnos al consumo de cigarrillos o tabaco en cualquiera de sus modalidades es la segunda causa de muerte evitable en el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, y resulta, sin ningún genero de dudas, una de las mayores y mas potentes Adicciones que se pueden padecer.

El consumo de tabaco conlleva, según hoy se conoce por todas las autoridades sanitarias y ha sido reiteradamente demostrado, riesgo y daño para la salud de todo aquel que reciba sus efectos, es decir no solo quien fuma sino cualquier persona que respire el aire contaminado por el humo, desde dos perspectivas fundamentales:

• Daño cardiovascular, que se produce desde la primera calada y con cada inhalación del humo toxico, por su efecto sobre todo el sistema arterial y venoso.
• Daño pulmonar, por la degeneración del tejido bronquial y cuya degradación se produce progresivamente y sus efectos perduran durante décadas.

Sirva el pequeño apunte realizado como introducción nada novedosa, pues si bien es cierto que durante mas de medio siglo las Empresas Tabaqueras, con la connivencia de las Autoridades sanitarias y hasta con el estamento Médico, se oculto premeditadamente a la Población y a la opinión pública los verdaderos efectos del tabaco y el propio funcionamiento de la nicotina sobre el cerebro; hoy en día ya nadie se atreve a cuestionar la potencia aniquiladora de los cigarrillos y los propios envases del “producto” informan sobre sus devastadores efectos

La pregunta, llegados a este punto, es tan inevitable como ingenua, ¿ por que sigue fumando la mas de la mitad de la población ? Y no existe otra respuesta que la de “Porque el tabaco es una Droga”, probablemente según los expertos de las mas adictivas que se conocen, en parte debido a la rapidez de sus efectos y a la velocidad con que la metaboliza el organismo, exigiendo una nueva dosis de refuerzo.

Y es una Droga a la que mas del 90% de las personas que fuman se enganchan durante la primera juventud o la adolescencia, cuando el cerebro todavía inmaduro es incapaz de controlar los impulsos y cuando la inexperiencia de los individuos facilita la seducción y el engaño.

¿Como puede ayudar la Medicina Tradicional China en una Dependencia a la Nicotina?

¿Es efectiva la Acupuntura, y particularmente los conocidos protocolos auriculares, para dejar de fumar? Por supuesto que sí.

Mediante la colocación de semillas o agujas en algunos puntos del pabellón auricular se ha demostrado ampliamente que se reducen aspectos como las ganas de fumar, la ansiedad (recordemos que el tabaco solo reduce la ansiedad que provocan las ganas de fumar, ninguna otra ya que es una sustancia excitadora del sistema nervioso), el nerviosismos, o reduce el incremento del apetito que provoca la deshabituación de la nicotina.

Este Tratamiento, que nosotros consideramos sintomático, resulta eficaz y la persona se beneficia del alivio de los síntomas mencionados de forma rápida desde la primera sesión. No obstante, también en este desequilibrio como en todos los que pueden afectar a una Persona, consideramos que hay que desentrañar el cuadro general, el conjunto de factores que sustentan el síntoma (la adicción al tabaco), que conjunto de alteraciones hacen posible, incluso necesario, que una Persona que conoce de los perniciosos efectos de fumar, y que en muchísimos casos manifiesta abiertamente su deseo de dejarlo, siga auto administrándose veinte o treinta veces al día un veneno que está deteriorando su calidad de vida y que sabe que lo está matando cigarro a cigarro.

Ese será, en consecuencia, el verdadero Tratamiento que llevaremos a cabo con la Persona que así nos lo solicite, además lógicamente de eliminar desde la primera sesión los aspectos mas molestos y llamativos del abandono del tabaco.

Nunca olvidaré uno de los primeros casos en el que tuve el placer de acompañar a un Paciente, y se trató precisamente de una petición de ayuda para dejar de fumar. A partir de la segunda semana de Tratamiento la Persona se había liberado de la mayoría de las molestias de los primeros días, ansiedad, insomnio, dolor de vientre, cefaleas, etc., y recuerdo como en la quinta semana desde el inicio el Paciente relataba como su vida había cambiado por completo, se sentía mas seguro, vital, alegre y centrado, ya no se ofuscaba ante cualquier contratiempo... pero decía sentirse mal porque en algunos momentos en el trabajo, con los compañeros, aún tenía ganas de fumar... Yo, tremendamente satisfecho con el trabajo compartido, le dije que, para mi, desde donde se encontraba en ese momento y “siendo dueño de su destino” podía decidir lo que mejor le pareciese y estaría perfecto, pues la necesidad de fumar ya no era la protagonista... y la depresión que la sustentaba tampoco.