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Medicina Tradicional China / Adicciones

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Cannabis

La situación actual sobre el consumo de cannabis en nuestro país, y específicamente el consumo entre jóvenes y adolescentes, refleja dos realidades no claramente definidas. Por un lado, los datos que reflejan las encuestas oficiales realizadas y publicadas anualmente ponen de manifiesto la importancia del peso específico del consumo de esta sustancia, siempre entre las cinco primeras por detrás del alcohol y el tabaco, pero con tendencia a estabilizarse. Por otro lado, la opinión de los técnicos y especialistas en la prevención y el tratamiento, que manifiestan abiertamente la percepción entorno al aumento constante de casos por uso problemático.

Desde la perspectiva del abuso o de los trastornos por el uso problemático, tanto desde el enfoque clínico de tratamiento, como desde la problemática asociada a su consumo; en el colectivo de jóvenes y adolescentes no siempre es fácil el diagnostico, mediante los criterios específicos del DSM u otras indicaciones, del límite entre el uso y la dependencia o el trastorno adictivo, ya que en este sentido procede realizar toda una serie de consideraciones al respecto:

En primer lugar, pese a que no es infrecuente el inicio temprano en el consumo, desde los 10/11 años como veremos en el análisis de la historia clínica de alguno de los casos examinados, la evolución en la historia de consumo no suele ser tan dilatada, por razones obvias, como en otros trastornos vehiculizados por otras sustancias y sobre todo en colectivos de mayor edad. Lo cual significa que sea mas difícil hablar de neuroadaptación cerebral y de otros aspectos Psico sociales de adaptación que sostengan y justifiquen la dependencia y/o la tolerancia a la sustancia.

En segundo lugar, cabe prestar especial atención a la consideración social de la sustancia, al riesgo percibido y al momento socio cultural presente con respecto de la misma. Nos referimos concretamente a los siguientes hitos:

a) Consideración de la marihuana como sustancia ritual e iniciática del periodo de maduración del adolescente, no solo por los propios adolescentes sino por parte de la sociedad en general.

b) El riesgo percibido, siendo este un factor clave para anticipar potenciales usos problemáticos, por los adolescentes en particular, y por el entorno en general, no cesa de descender; en este sentido la difusión de mensajes promoviendo el uso terapéutico del cáñamo, los clubes cannábicos y otras iniciativas en esa línea han favorecido la sensación generalizada del consumo de cannabis como una práctica completamente inocua.

c) La progresiva asimilación de la situación jurídica y social del consumo de cannabis al de otras drogas legales completamente integradas, y con ellas todas sus contradicciones, como son el alcohol, el tabaco o las benzodiacepinas. En este sentido nos parece observar una tendencia imparable hacia la regulación/legalización de todo el sector del cannabis como ya se a producido en algunos estados de Norteamérica o Uruguay.

En tercer lugar, y de forma a nuestro entender mas clara que en otros colectivos, entre los adolescentes y jóvenes el peso específico de la propia sustancia en el trastorno o en la problemática que se suscita como síntoma es significativamente menor que los factores de desadaptación al medio o sistema que les rodea.       

Todo lo anteriormente expuesto nos lleva a concluir que , particularmente en el caso de los jóvenes con consumo de cannabis y/u otros tóxicos, nos hallamos claramente ante un desequilibrio subyacente al propio problema del consumo; y que, en atención a la relativa poca evolución de la sintomatología y ausencia de cronicidad en un gran número de casos, el abordaje del desequilibrio de base o el afrontamiento mediante otras herramientas y habilidades de la respuesta disfuncional, posibilitaran la desaparición del síntoma, el consumo,  por si mismo.

El tratamiento que actualmente en nuestro ámbito de ofrece ante un caso de trastorno por consumo de cannabis no dista, en lo esencial, del planteado para otros tipos de sustancias, adaptándose levemente en su abordaje psicoterapéutico  en los casos de jóvenes y adolescentes en atención a su ciclo evolutivo específico y a su problemática asociada. Generalmente encontramos intervenciones de corte cognitivo conductual, y cuando es posible se trabaja desde la perspectiva sistémica, siendo casi imprescindible este enfoque, junto a la terapia de familia, dadas las edades de muchos de los pacientes.

Por lo que a tratamiento farmacológico se refiere, y no existiendo en el mercado ningún principio activo específico asociado a esta sustancia, ni como agonista ni como antagonista, es frecuente el uso de benzodiacepinas (diazepan, loracepan,etc.) para calmar los síntomas de tipo ansioso; toda la gama de antidepresivos tricíclicos e inhibidores; y dependiendo de la sintomatología específica de cada caso, si procede, los medicamentos psiquiátricos de elección.

No obstante lo anteriormente expuesto, y pese a que la terapia farmacológica frecuentemente preside y domina los tratamientos, observamos una sensibilidad creciente hacia evitar la medicalización excesiva de este colectivo en particular, el porque esto es así para los jóvenes y adolescentes y no para los pacientes de mayor edad daría lugar a otra Tesis y no siendo el tema de la presente simplemente constatamos tal circunstancia.

Como apuntamos, tanto los psiquiatras como el resto de profesionales que participan de la clínica se hallan de forma creciente receptivos a la complementación de las terapias psicológicas y farmacológicas  con otras técnicas, recordemos que la relajación  a través de la respiración u otros procesos similares se hallan ya dentro de las herramientas de estos profesionales, sin olvidar el protagonismo de las terapias basadas en Mindfulness, que permiten controlar y/o aliviar mucha de la sintomatología asociada al trastorno: ansiedad, agresividad, impulsividad, etc..

En este sentido, el empleo de la Medicina Natural y de la Medicina Tradicional China es todavía muy residual en nuestro país, si bien la trayectoria internacional, particularmente de la Acupuntura, de estos abordajes en el tratamiento de las drogodependencias no solo ha quedado avalada por centenares de miles de casos y multitud de estudios sino por la aplicación ininterrumpida desde hace mas de treinta años de algunas de estas técnicas con importantes éxitos. [1]

En 1971 el Lincoln Hospital de Nueva York desarrolla el primer protocolo de acupuntura, basado en cinco puntos de auriculoterapia en sesiones de treinta minutos dos veces por semana, reconociéndolo el Instituto Nacional de Abuso de Drogas como el mayor y mas exitoso programa dentro de su clase y avalando el trabajo del Dr. Michel Smith al frente del mismo. A principios de los años 90 ya existían mas de 250 programa por todo el país basados en este sistema. Actualmente, y desde hace mas de veinte años, existen mas de doscientas clínicas, públicas y privadas en Alemania donde se llevan a cabo tratamientos frente al abuso de drogas con la base principal de la acupuntura. Francia, Bélgica y Reino Unido e Italia, son otros de los países de nuestro entorno que desarrollan ampliamente desde hace años estos sistemas terapéuticos.

 

[1]Ref. Bibiográficas


1.Avants SK, Margolin A, Holford Th, Kosten ThR. A randomized controlled trial of auricular acupuncture for cocaine dependence. Arch. Intern. Med. 2000;160: 2305-2312 
2.Baudis R, ed. Punkte der Wandlung – Suchtakupunktur nach dem NADA Protokoll. Rudersberg: Verlag für Psychologie, Sozialarbeit und Sucht;1999 
3.Berman AH. Ear acupuncture as a complementary treatment for drug abuse;a controlled study of the NADA Acudetox method in prison. Stockholm: Swedish Prison and Probation Administration;1999 
4.Berman AH, Lundberg U. Auricular acupuncture in prison psychiatric units: a pilot study. Acta Psychiatr Scand. 2002;1